4 de marzo, natalicio de Lois W. (1891-1988)

“Se necesita una persona para iniciar algo, pero muchas otras para mantenerlo funcionando.”

La gratitud en acción

Hace algún tiempo la Oficina de Servicio Mundial me envió una foto informal de Lois W., cofundadora de nuestro programa. Cuando quiero obtener una perspectiva más clara sobre los orígenes de Al-Anon y su lugar en mi vida, miro la foto que tengo de Lois.

Lo que veo en la imagen de esta mujer es gratitud en acción. Veo a Lois como una imagen de los tantos miembros de Al-Anon de quienes he recibido la paz de este programa, personas corrientes de todos los estratos sociales, personas que no tienen credenciales, ni grados, ni certificados, ni títulos, ni privilegios especiales.

Cada uno de ellos ha hecho o dicho algo de lo que he obtenido un tanto de serenidad, valor o sabiduría. Cada uno de ellos ha luchado por transmitir un sentido de despertar espiritual con la misma generosidad a mano abierta que se les extendió a ellos. Cada uno de ellos me ha ayudado al actuar sobre la idea de que el servicio es gratitud en acción.

La foto de Lois me recuerda que tengo mucho por lo cual debo dar las gracias tengo la oportunidad de dar las gracias de manera muy concreta. Todos y cada uno de los servicios que realizo en Al-Anon me brindan la oportunidad de que yo reconozca mi gratitud y de que practique la misma generosidad de espíritu que tanto he valorado en otras personas.

La foto de Lois también me hace recobrar la confianza. Lois tenía el toque común, no llevaba ninguna aureola, lograba la serenidad sin utilizar ningún plan especial de rigor. Era guiada por el mismo sentido humano falible de luz interior o Poder Superior con que podemos contar cada uno de nosotros, y estaba satisfecha con esta condición. Siento de nuevo la confianza de que hoy puedo practicar la gratitud en acción hasta donde mi capacidad me lo permita, y que, al hacerlo así, puedo tener la esperanza de experimentar en mayor grado ese sentido de expectativa confiable que creo ver en Lois. Cuando practico la gratitud, doy las debidas gracias por toda la guía que he recibido, y trato de cultivar la franqueza, la apertura y la disposición que me faculta para continuar recibiéndola.

La foto que tengo de Lois también me recuerda una simple verdad que muchas veces dejo pasar: Nuestro programa existe sólo porque hay miles de miembros que como Lois han estado dispuestos a servirles a los demás. Al-Anon es prácticamente un asunto de servicio. Sin eso, no habría hermandad. El servicio debe reconocerse como uno de los principios básicos de Al-Anon porque ninguna reunión se lleva a cabo sin éste. Cada día que asisto a una reunión o me comunico con Al-Anon, me beneficio de una prolongada y constante línea de servicio que se remonta a los lejanos tiempos de Lois.

Isaac Newton dijo acerca de su vida y su trabajo que, si él había podido ver tan lejos fue porque “se paró en los hombros de unos gigantes”. Quizás nosotros en este programa debamos adaptar su reflexión y reconocer que, si en Al-Anon hemos podido ver tan lejos, es porque nos hemos parado en los hombros de quienes han preparado el camino para nosotros.

Participar en el servicio me ha demostrado claramente parte de la recuperación diaria en Al-Anon que se extiende hasta más allá de la mitad del siglo pasado. Me ha dado la sensación de que existen esperanzas duraderas en el mundo y que puedo contribuir al cambio al preservar e impartir un sentido constante de logro positivo.

Veo en la foto que tengo de Lois la presencia de una luz interior en la que ella se ve lista, dispuesta y capaz de compartir. Me pregunto: ¿De qué manera he contribuido hoy al cambio?

De “Cuando estoy ocupado me siento mejor”, págs. 34-35.